La técnica más sencilla de marquetería aplicada a suelos consiste emplear dos láminas de distintas maderas en las que se cortan las siluetas creando diseños iguales en dos placas diferentes.
Pero, sin duda, la técnica más utilizada es la conocida como embutido. Mediante esta técnica, se realizan huecos o surcos en la madera maciza y en ellos se introducen pequeñas piezas o bien de otra madera de un color distinto o bien de otro material. De esta manera, se busca el contraste entre los elementos, que suelen ser de tipo geométrico. Cuantas más piezas diferentes se utilicen para componer el dibujo, más complejo será el trabajo de fabricación.
Actualmente, las nuevas tecnologías también han llegado a este mundo tradicionalmente artesanal y hoy en día los patrones son diseñados por ordenador y las piezas se cortan con láser.
En cuanto a los acabados, es importante tener en cuenta en lugar en el que se va a instalar el suelo. No es lo mismo un edificio público, en el que sería más apropiado un acabado de barniz satinado que un despacho o vivienda particular, donde pueden emplearse barnices mates o acabados al aceite o a la cera.
Las losetas de marquetería pueden ser macizas, que se han de instalar pegadas a la solera pero también existentes preciosos patrones diseñados para colocarse a modo de tarimas flotantes, siendo estas últimas, las que se pueden
encontrar más fácilmente en el mercado.