Suelos vinílicos para encolar

Preguntas Generales:
Qué son los suelos vinílicos para encolar
Además de los ya conocidos suelos vinílicos en rollo, que se instalan con pegamento o con cinta de doble cara y de las tarimas vinílicas flotantes, que se instalan sobre un subsuelo con un sistema de unión de las piezas mediante click, existe una categoría diferente dentro de los suelos de pvc, que son los suelos para encolar, también llamados suelos modulares o suelos directos.
Este tipo de suelos de pvc tienen similitudes con los otros dos grandes grupos que acabamos de mencionar. Al igual que las tarimas vinílicas, los podemos encontrar en formato de lamas o losetas, pero, a diferencia de estas, se instalan adheridos directamente a la solera mediante la utilización de colas o pegamentos>, característica que lo asemeja a los suelos vinílicos en formato de rollo.
Prácticamente, todos los grandes fabricantes de suelos vinílicos cuentan, entre sus colecciones, con este tipo de pavimentos.
Podemos encontrar infinidad de modelos, desde los que se fabrican en forma de lamas, imitando todo tipo de maderas, hasta los que se comercializan en forma de losetas o baldosas, reproduciendo otro tipo de acabados como la piedra, el hormigón, el cemento, el mármol, etc.
Los suelos vinílicos para encolar se pueden utilizar tanto en ámbitos domésticocomo públicos, en comercios, hoteles, oficinas, colegios, etc.
Al estar fabricados con pvc son totalmente inmunes al agua y a la humedad. Sin duda es su principal ventaja.
Son antiestáticos y antibacterianos.
Proporcionan una pisada silenciosa y son aptos para suelo radiante.
Su limpieza y mantenimiento no puede ser más sencillo. Pocos suelos necesitan un mantenimiento tan bajo. Basta con barrer la superficie con escoba o utilizar un aspirador y limpiar con mopa o fregona humedecida y un jabón neutro.
En su composición, podemos encontrar 4 capas que, de abajo a arriba son: la capa estabilizadora, el núcleo de pvc, la capa decorativa y la capa de protección frente al desgaste.
El primer criterio que debemos tener en cuenta a la hora de escoger un modelo de suelo de pvc para encolar es que sea lo suficientemente resistente para el tipo de uso al que vamos a destinarlo. Así, no es lo mismo una vivienda particular que una oficina y, dentro de una vivienda, por ejemplo, no es lo mismo una cocina o un salón que la zona de dormitorios.
Para garantizarnos que podamos encontrar un suelo de pvc modular que se adapte a nuestras necesidades en lo que respecta a su nivel de resistencia, existen en el mercado colecciones con distintas capas de uso.
La capa de uso es el índice que mide la capacidad de desgaste que ofrece un pavimento de pvc y, dependiendo de los ámbitos de utilización de nuestro suelo, podemos distinguir la capa de uso de 0,3 mm, recomendada para un uso doméstico o tránsito moderado, la capa de uso de 0,55 mm, aconsejada para un uso comercial o tránsito elevado y la capa de uso de 0,7 mm, que es la que debemos utilizar cuando nuestro suelo vaya a estar expuesto a un tránsito muy intenso.
Los suelos vinílicos para encolar suelen tener un espesor de 2 o 2,5 mm y unos aspectos muy elaborados, que se asemejan más al aspecto de las tarimas vinílicas que al de los suelos de pvc en rollo, con unas cuidadas y trabajadas texturas, para conseguir un acabado verdaderamente realista. Si pasas la mano por su superficie, notarás pequeñas irregularidades en los nudos, grietas y fendas, dejando atrás los clásicos acabados lisos, desprovistos totalmente de personalidad y naturalidad.
Son ideales para cualquier proyecto decorativo ya que existen multitud de diseños entre los que, seguro, encontrarás el que mejor se adapte a tus gustos o necesidades, con unos magníficos acabados logrados gracias a las nuevas tecnologías de impresión de alta definición que, en ocasiones, consiguen unos productos tan realistas que hacen francamente difícil el poder distinguirlos del original al que imitan.
Por lo que respecta a su instalación, es rápida, sin polvo, sin ruidos y sin tener que utilizar herramientas especiales ya que, dado su escaso espesor, se cortan simplemente con un cúter.
Los suelos vinílicos para encolar se instalan sobre una solera firme, limpia, bien nivelada y libre de asperezas e irregularidades. Esta preparación previa es importantísima ya que, al tratarse de un suelo fino y blando, cualquier irregularidad se notará o reflejará en la superficie, produciendo un efecto totalmente antiestético y pudiendo dañar el pavimento.
Para fijar el suelo a la solera se debe utilizar un pegamento unilateral o de contacto de buena calidad, con el fin de conseguir un óptimo resultado. La cola se aplica con una llana dentada sobre la solera y una vez transcurrido el tiempo aconsejado por el fabricante, se pegan las lamas o losetas, juntando los bordes. Así, una vez colocadas las piezas sobre el adhesivo adecuado, será imposible que se muevan o desplacen.
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