Te explicamos cómo instalar suelos laminados si has elegido este material para renovar el pavimento de tu propiedad. Una de las ventajas que lo ha hecho tan popular es la facilidad de instalación, así como su precio económico. Sigue leyendo para que puedas emprender la renovación del suelo tú mismo.
Tabla de Contenidos
¿Por qué elegir suelos laminados?
Entre las diversas opciones de pavimentos ligeros, los suelos laminados son una de las más populares. Son fáciles de instalar, y vienen en variedad de diseños y acabados. A continuación, te damos las razones por las que deberías elegir este tipo de pavimento.
Los suelos laminados ofrecen una combinación perfecta de belleza, durabilidad y son de fácil mantenimiento.
Además, los pavimentos de este material han ganado la preferencia en muchos hogares y espacios comerciales debido a sus múltiples beneficios y versatilidad en el diseño.
Beneficios de los suelos laminados
Los beneficios de los suelos laminados se resumen en los siguientes puntos:
- Resistencia a la abrasión: son capaces de soportar el desgaste y el tráfico intenso, manteniendo su aspecto durante muchos años.
- Variedad de diseños: replican a la perfección la apariencia de maderas nobles, piedras naturales y otros materiales. Por tanto, ofrecen una amplia gama de opciones de decoración.
- Fácil instalación: su sistema de clic permite un ensamblaje preciso sin la necesidad de adhesivos.
- Mantenimiento simple: son resistentes a las manchas y no requieren tratamientos especiales. Solo es necesario barrer y limpiar con cierta frecuencia para mantener su belleza intacta.
- Precio asequible: ofrecen una alternativa económica a otros materiales como la madera natural o la piedra, sin comprometer la calidad y estética.
Preparación antes de la instalación
Los suelos laminados en oficinas o viviendas le darán un aspecto renovado al lugar y lo mejor es que lo puedes instalar tú mismo. Pero antes de hacerlo, presta atención a los pasos previos.
Herramientas y materiales necesarios
Antes de comenzar a instalar suelos laminados, asegúrate de tener todo lo que precisas. Aquí hay una lista básica de lo que necesitarás:
- Suelo laminado: lo primero es comprar un suelo de calidad que se adapte a tus necesidades. Asegúrate de adquirir la cantidad suficiente para el espacio que deseas cubrir.
- Base aislante: será necesario para proteger el suelo laminado de la humedad ascendente. Además, sirve para reducir el sonido de las pisadas.
- Espaciadores: se utilizan para mantener una distancia uniforme entre el laminado y las paredes, permitiendo la expansión natural del material.
- Sierra: para cortar los paneles de laminado de acuerdo con el diseño de tu espacio.
- Cúter: Para cortar la base aislante.
- Cinta métrica y lápiz: para medir y marcar los cortes precisos.
- Martillo y bloque de golpeo: te ayudarán a ajustar las piezas de laminado durante la instalación.
Aclimatación del suelo laminado
Es imprescindible que las láminas se adapten a las condiciones de la habitación donde se instalarán. Por ello hay que dejar los paquetes de laminado en la estancia durante al menos 48 horas.
De este modo, se adaptará a la temperatura y humedad de la habitación. Con ello se evitan problemas de expansión o contracción después de la instalación.
Tipos de suelo base y su preparación
Los suelos laminados se pueden instalar sobre una amplia variedad de suelos bases. En general, es necesario que la superficie esté limpia, seca y nivelada. Si es preciso, se debe reparar cualquier imperfección y retirar cualquier rastro de materiales anteriores.
La preparación de las superficies comunes debe ser así:
- Hormigón: primero se limpia completamente, después se nivela, no debe haber más de 2 mm de desnivel por metro. Además, debes asegurarte que esté bien seco.
- Yeso: debe estar bien seco y tener resistencia para soportar el peso del suelo laminado. Asimismo, es necesario que esté bien nivelado, con masilla se pueden corregir irregularidades.
- Madera: igual que los anteriores debe estar bien seca y nivelada, no puede estar podrida ni tener deformaciones. Se recomienda lijarla para eliminar irregularidades y facilitar la adherencia.
- Cerámica: debe estar limpia, libre de restos de adhesivos, tiene que estar nivelada, si las juntas son muy pronunciadas tienes que rellenarlas con masilla. Si hay piezas agrietadas o sueltas, se deben reparar o reemplazar antes de instalar el suelo laminado.
Seguir estos pasos es clave para una correcta instalación del suelo laminado. Las condiciones de la base determinarán que tengas un resultado óptimo.
Proceso de instalación del suelo laminado
Una vez que hayas cubierto lo anterior, comienza la instalación del suelo laminado. Para ello, sigue los siguientes pasos.
Instalación de la base aislante
El primer paso de la instalación es colocar la base aislante. Sirve para amortiguar, como aislante térmico y acústico, además, ayuda en la nivelación del suelo.
Las láminas de aislante se colocan una junto a la otra, sin que se solapen en toda la superficie del suelo. Se deben colocar perpendicular a la dirección en la que vas a instalar las láminas del suelo laminado; de esta forma las juntas no se sincronizarán y debilitarán.
Si el suelo laminado se instalará en una zona húmeda, como un baño o cocina, la base aislante debe tener barrera de vapor.
Debes dejar unos 5-10 mm entre la base y las paredes, así permite la dilatación del suelo.
Instalación de las lamas
Luego de colocar la base, define cómo será la disposición de las lamas en el suelo; es decir, el diseño que tendrá. Una vez que decidas el diseño comienza a colocar la primera fila, hazlo desde la pared más larga.
Una vez que termines con la primera fila, continúa con el resto de las lamas, siguiendo el diseño que te habías trazado. Las láminas de suelo laminado se colocan a presión, pero si lo necesitas, ayúdate con el martillo para unir bien las juntas. Debe hacerse con golpes suaves para no hacer daño al suelo.
La última fila es la más complicada y es posible que necesites alguna herramienta que te ayude a encajar la lama en el espacio que queda entre la pared y la fila anterior.
Al llegar al final es posible que tengas que cortar la última lama. Aunque será inevitable hacer cortes durante la instalación, planifica para tratar de reducirlos al menor número posible.
Cuando vayas a hacer algún corte, mide bien y marca la lama para hacerlo más preciso.
Recuerda que entre las lamas y las paredes debe quedar un espacio de un centímetro que será la junta de dilatación. Esta permitirá que el suelo se expanda y se contraiga sin problemas.
Ajustes en esquinas y detalles finales
Para las esquinas interiores lo ideal es hacer un corte en ángulo, utiliza una sierra circular, así consigues un corte con ángulo de 45° y encajará bien en la esquina. Si unes dos láminas con ángulo, asegúrate que el patrón coincida.
Con un martillo de goma podrás hacer que las juntas encajen correctamente.
Mientras que para las esquinas exteriores utiliza un perfil de transición para cubrir la unión entre el suelo laminado y la otra superficie, este se fija según las instrucciones del fabricante.
Coloca los remates en las puertas
Cuando llegues a las puertas no será necesario cortar las lamas para que encajen. Lo que se hace en ese caso es cortar el tapajuntas para colocar las lamas debajo.
Montaje de los rodapiés
Con el suelo ya instalado, es momento de colocar los rodapiés alrededor de la habitación. Comienza por la puerta y avanza hacia las esquinas. Si crees que este proceso es complicado, puedes contactar a expertos para que instalen el suelo laminado.
Consejos y trucos para la instalación de suelos laminados
Consejos para un corte preciso
Para lograr un corte preciso de las lamas debes medir con precisión en dónde se hará el corte y marcarlas. Una cortadora bien afilada te permitirá hacer cortes limpios. Al hacerlo, utiliza una guía que te ayude a hacer cortes rectos.
Por último, recomendamos hacer los cortes por el reverso de los paneles para no dañar la superficie visible.
Manejo de problemas comunes
Los problemas más comunes al instalar suelos laminados son los siguientes:
- Hinchazón por humedad: ocurre si no se coloca un aislante adecuado, así que no olvides este paso antes de comenzar la instalación.
- Problemas en las juntas: ajusta bien las uniones de las juntas para que el suelo quede bien ensamblado.
- Obstáculos: es probable que encuentres obstáculos como columnas. Si esto te ocurre, haz una plantilla de papel para crear una forma precisa y, a partir de ella, corta la lama.
- Superficie no nivelada: los desniveles en el suelo base pueden provocar que el suelo laminado se deforme o se levanten las juntas.
- Suelo sucio: si la base está sucia, con polvo, grasa o humedad, el suelo laminado no se adherirá bien y causará problemas a largo plazo.
- Clavar el suelo laminado: no debemos olvidar que el laminado es un suelo flotante, por tanto, no debe clavarse.
- Juntas mal ajustadas: las juntas deben estar bien cerradas y alineadas, así no se levantarán ni se acumulará polvo entre estas.
- No seguir las instrucciones del fabricante: es clave leer y poner en práctica las instrucciones del fabricante de la base del suelo y del suelo laminado, así evitarás errores en la instalación.
Con estos pasos ya sabes cómo instalar suelos laminados. Recuerda que si no tienes la experiencia y no puedes hacerlo tú mismo, contratar a un profesional es la mejor manera de conseguir un resultado preciso y de calidad al colocar este pavimento en casa.