A la hora de elegir un suelo de caucho, existen ciertos elementos que convierten esta elección en la más idónea de cara a un uso frecuente, especialmente en complejos y ámbitos deportivos.

Uno de los lugares más recurrentes y que mejor encaja el caucho es en los suelos de gimnasios. Incluso mejor que los suelos de vinilo.

No en vano, cientos de personas al día visitan sus instalaciones y se ejercitan en pesadas máquinas y con otras herramientas como cintas o pesas que no están exentas de caerse.

Es por este motivo, principalmente, por el que un suelo de caucho es ideal para el ritmo de un gimnasio. Sus características, más allá de ser más silencioso y duradero que la tarima para este uso, sufre bastante menos los golpes contundentes de objetos pesados.

Y es que un suelo de goma amortigua mejor la pisada y el peso de los deportistas, por lo que a la hora de realizar ejercicios de suelo o estiramientos, también se agradece.

Asimismo, el caucho es combinable con el resto de la instalación gracias a los distintos colores en los que se presenta, incluso en diferentes grosores según el ejercicio que se lleve a cabo o para utilizarlo como mero separador de ambientes.

Además, es inoloro, por lo que el sudor de los asistentes o el agua no serán un problema a lo largo del día. Esta característica, junto a su faceta antideslizante, dispondrá la seguridad necesaria que tu negocio necesita durante su actividad.

Aunque en términos prácticos, a la hora de renovar el caucho del gimnasio o instalar un nuevo suelo, la elección radica entre decantarse por losetas o rollos, también conocidos como bobinas.

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Mientras que las losetas pueden ser más gruesas y se instalan como si de un rompecabezas se tratase, facilitando su disposición, estéticamente no deja la misma sensación que un pavimento continuo de caucho en el suelo de gimnasios.